
Quizás la sola idea de llevar puestos calcetines en verano parezca una contradicción. Sin embargo, es lo mejor que podemos hacer para evitar el mal olor en los pies y zapatos.
Cuando hace calor, los calcetines pueden servir para no quemarnos las plantas del pie al correr una carrera, trabajar largas jornadas bajo el sol o cuidar niños en el jardín.
Puede sonar raro, pero vestir unos calcetines de algodón o tela natural en días calurosos en realidad nos mantiene frescos. Absorbe el sudor y nos protege de la humedad -y hongos-.
El pie de atleta es muy frecuente durante periodos de clima caliente. Cada vez es más común que el calzado sea elaborado con plásticos y materiales sintéticos.
Estos materiales no permiten la respiración de la piel ni la ventilación. Esto puede provocar que al dar el paso el roce o movimiento nos manche o ampolle los dedos.
¿Usar calcetines buenos en verano?
Las altas temperaturas hacen que al caminar se nos raspe o lastime la planta del pie. Al igual se nos puede lastimar el tobillo por la fricción del pie.
No hay nada más doloroso que andar por ahí a disgusto con la zapatilla o los flats. Sentir que se nos queman los pies causa fatiga, mal humor e inclusive marcas en el cuerpo.
Unos calcetines adecuados y de buena calidad, harán nuestro verano más feliz. Unos buenos calcetines ayudan a que el calzado de goma y tela conserve su forma y color en buen estado.
Podremos relajarnos, ejercitarnos o pasar tiempo de calidad en familia sin preocuparnos por la tan molesta “piedra en el zapato”.
De hecho, hay muchos casos de accidentes que suceden por pisar un clavo u objeto punzante, o por caídas que podrían evitarse usando calcetines.
La función que estos cumplen es la de complementar al mocasín o bota cubriéndonos mejor y formando otra capa protectora adicional al material componente del calzado.
Además, en el mercado hay muchísimos diseños diferentes de calcetines de todos tamaños y formas que combinan perfecto con la temporada de verano, lluvias y vacaciones.